El ámbito educativo es uno de los espacios dónde más frecuentemente se encuentran situaciones de discriminación y violencia. Estas personas enfrentan barreras para acceder a sistemas educativos seguros y de calidad.
La igualdad de género no es solo un derecho humano básico, sino también una de las bases fundamentales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
Se han logrado algunos avances en las últimas décadas: más niñas van a la escuela y menos niñas se ven obligadas a contraer matrimonio precoz; Cada vez más mujeres acceden al Parlamento ya puestos de liderazgo, y se están reformando las leyes para promover la igualdad de género. A pesar de estos logros, persisten los desafíos: las leyes y normas sociales discriminatorias siguen prevaleciendo, las mujeres siguen estando insuficientemente representadas en todos los niveles de liderazgo político, y una de cada cinco mujeres y niñas de entre 15 y 49 años ha informado haber sufrido violencia sexual o física a manos de un miembro de la familia. por un periodo de 12 meses.
La pandemia también ha provocado un fuerte aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. Con las medidas de contención implementadas, muchas mujeres se encuentran atrapadas en casa con sus abusadores y tienen dificultades para acceder a servicios que están cortados y restringidos. Nuevos datos muestran que desde el estallido de la pandemia, la violencia contra las mujeres y las niñas (en particular, la violencia doméstica) se ha intensificado.
Educando en la igualdad de géneros se puede alcanzar una sociedad más justa. Una buena educación permite sentar las bases necesarias, para que las personas mejoren su nivel económico, social y cultural. Para lograr este objetivo se precisa de la cooperación de los gobiernos con los centros de estudios.
Metas: Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo. Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
Reflexión: debemos tener en cuenta la igualdad en este factor tan importante, lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas: más niñas están escolarizadas, y se obliga a menos niñas al matrimonio precoz; hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo, y las leyes se están reformando para fomentar la igualdad de género. A pesar de estos logros, todavía existen muchas dificultades. El docente puede fomentar la igualdad mediante actividades y juegos que se llevan a cabo en clase, y así los niños crecerán sabiendo y teniendo una igualdad para todos.
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